jueves, 30 de julio de 2015

La “yerbacuajo” (Cynara spp.): Esta planta es la leche...

...Y hace posibles algunos de los mejores quesos de la Península Ibérica.

Si alguien entre los lectores aún no ha disfrutado nunca de una buena Torta de la Serena o de un Queijo de Azeitão, les recomiendo que se acerquen lo más pronto posible a Villanueva de la Serena y Castuera (Badajoz), o a la Serra da Arrábida, justo al sur de Lisboa, y que pongan remedio urgentemente a su situación. Estos dos quesos, aunque provienen de regiones relativamente distantes, son muy parecidos en aroma, sabor y textura, debido a que en su preparación interviene el mismo secreto de origen vegetal: el extracto de la “yerbacuajo” o “alcachofra-brava” (Cynara cardunculus y en menor medida Cynara humilis), dos especies de cardos silvestres emparentados con la alcachofa común.

Cynara humilis en La Serena, foto P. Escobar

En las queserías de estas dos regiones ibéricas se utiliza la misma receta: un cazo de flores secas de cardo se deja macerar en diez cazos de agua durante la noche y al día siguiente se cuela y se añade a un volumen de leche de oveja cien veces mayor. Lo que ocurre a continuación es un pequeño milagro cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos: la leche se corta y el residuo sólido se aparta para empezar a elaborar los quesos, que estarán listos en unos tres meses (todo muy bien explicado aquí). Como habréis supuesto, el nombre extremeño de “yerbacuajo” es la clave del proceso. El macerado de estas flores es rico en unas enzimas denominadas cardosinas (nota 1) que digieren parcialmente la caseína de la leche (nota 2) y que hacen que coagule en copos blancos. Hay dos tipos de cardosina, A y B, muy parecidas a las enzimas que digieren la leche materna en el estómago del cordero y en el estómago humano, respectivamente.

Cynara humilis en La Serena, foto P. Escobar

Y ahora viene la pregunta del millón: para qué quiere una flor de cardo acumular grandes cantidades de una sustancia activa que digiere la leche y que está en nuestro estómago? La respuesta, desgraciadamente, no se conoce, pero podría ser una mera casualidad: quizás las cardosinas procesan proteínas en la flor que son parecidas a la caseína... Y por eso, casualmente, alguien suficientemente pobre como para no poder permitirse matar a los corderos para obtener el preciado cuajo dio con este curioso sustituto del cuajo animal. El extracto de cardo proporciona a estos quesos su típica textura cremosa y su sabor un tanto picante y amargo que los hace tan característicos. Aún hoy día, no existen sustitutos químicos para la yerbacuajo y la elaboración de estos quesos se realiza de forma tradicional y está protegida por sendas denominaciones de origen.

En fin, os recomiendo que después de leer esto, le sigáis dando vueltas al tema con un buen pan con queso, a ser posible regado con vino de Almendralejo o de la ribeira do Douro. Ya me contaréis a qué conclusiones llegáis.

Nota 1. Las enzimas son proteínas que realizan funciones determinadas dentro de los seres vivos. Son algo así como los obreros de las factorías celulares.

Nota 2. La caseína (del latín caseus, el queso) es la proteína de la leche, que es lo que le otorga a este “oro blanco” su color, sabor y propiedades nutritivas.

3 comentarios:

¡Magnífica entrada!. Un saludo.

Me gusta mucho el queso de la Serena, pero ahora me gusta mucho más!!!!!

Mucha química y muchas revoluciones industriales pero "al yerba cuajo no le moja la oreja nadie"muy bueno,seguimos en deuda con el autor.

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