martes, 10 de febrero de 2015

Flores con calefacción central

La planta de la fotografía es una fárfara (Tussilago farfara L.), pequeña hierba que se da mucha prisa en florecer porque parece estar harta del invierno, y quizás crea que al desplegar sus cabezuelas doradas tan temprano la primavera romperá antes. El Jueves pasado nevó intensamente, sorprendiendo a nuestra fárfara y a alguna que otra especie madrugadora más, que había comenzado a despertar. Pero la fárfara no se azora y está más que preparada para hacer frente a una inoportuna nevada de Febrero. Como podéis ver en la fotografía, es capaz de fundir la nieve circundante y hacer asomar su cabezuela por encima del manto blanco. Las inflorescencias de la fárfara, esas vistosas margaritas amarillas, funcionan de hecho como un panel solar en miniatura, calentándose con el Sol siguiendo una sencilla fórmula matemática: la temperatura del capítulo es directamente proporcional al coseno del ángulo de incidencia de la luz solar sobre su superficie (1).

 La fárfara (Tussilago farfara) es capaz de derretir la nieve

Es decir, cuanto mayor sea el coseno del ángulo con que incide la luz sobre la margarita, más calor acumulará ésta. Para quienes hayáis olvidado la trigonometría que aprendisteis en la escuela, esto significa que si la luz que le llega es perpendicular a su superficie, ésta se calentará mucho más que si la luz es oblicua (el ángulo de incidencia será cero, y el coseno alcanza su valor máximo, que es 1). Una margarita consigue así, durante un día soleado de invierno, estar de 4.5 a 7.4°C más caliente que el aire que la rodea. El sábado pasado, mientras paseaba por la mañana bajo el Sol radiante del invierno, la temperatura era de aproximadamente —2°C. Esto quiere decir que en ese momento las flores podrían estar a una temperatura de 2 a 5°C sobre cero, más que suficiente para derretir la nieve que las cubría.

 La fárfara (Tussilago farfara) es capaz de derretir la nieve

Además, como las fárfaras no se pueden mover (otro día hablaremos de las flores que sí pueden), necesitan orientarse de manera que puedan sacarle el máximo provecho a la ecuación acumulando todo el calor posible. Para ello, se orientan al sur y se inclinan en un ángulo de unos 40 grados que, por cierto, son la orientación y el ángulo que los fabricantes de paneles solares recomiendan a sus usuarios para los paneles fijos en nuestras latitudes. Gracias a este sistema de calefacción, las flores consiguen acelerar su metabolismo, paralizado por el frío, y lo más importante: logran atraer a los primeros insectos que, fríos y hambrientos, buscan en ellas no solo un tentempié de polen y néctar, sino además el calor que les permita hacer frente a días como hoy, en que el invierno parece no querer marcharse.

(1). Rejšková A. (2010). Flora 205: 282–289.

3 comentarios:

He descubierto tu blog y me parece muy interesante, Ya tienes un nuevo seguidor. Mi enhorabuena.

Gracias JR! Puedes seguir el blog además en www.facebook.com/botanoscopio - Por cierto, enhorabuena por tus magníficas fotos

Muy interesante!!!!!!
Estoy deseando saber cuales son las plantas que se mueven!!!!!
Besitos.

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